Las enfermedades cardiovasculares, según los especialistas, son la causa principal de muerte en el mundo y en Colombia. Santander es de las regiones más afectadas, lo que ha impulsado a que el 25% de las muertes sean causadas por alguna de estas afectaciones.
Este panorama impulsó a RedColHF, Red de Apoyo a Pacientes de Hipercolesterolemia Familiar, a lanzar en 2017, la campaña nacional denominada ‘Infarta 2: Una Segunda Oportunidad’, con el fin de socializar los riesgos relacionados a la falta de control del colesterol, su impacto y relación con la cantidad de muertes causadas por infartos, al igual que para dar a entender que el colesterol es más producto de la herencia natural, que resultado de comidas casuales.
Panorama en cifras
En Colombia, ocurren en promedio 878 infartos al día que causan unas 80 muertes, el restante (798) queda con una segunda oportunidad, pero lo grave es que de este grupo, el 20% volverá a padecer un infarto en menos de un año.
“El principal factor de riesgo es la arterioesclerosis que se da por los niveles de colesterol en la sangre. La acumulación de niveles altos de colesterol conlleva a la muerte por causas cardiovasculares. En Santander las cifras están por encima de la media, pues registra unos 74x100mil (casos por cada 100 mil habitantes), cuando en Colombia suele ser de 68x100mil”, aseguró Rafael Campo Torrenegra, médico cardiólogo de la Fundación Cardiovascular de Colombia.
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En Bucaramanga, con base en los datos definitivos hasta 2016, concertados por la Secretaría de Salud municipal, desde el 2013, se revela que la cantidad de muertes a causa de enfermedades cardiovasculares aumentan en número (especialmente las de tipo isquémicas del corazón), pero a nivel general se mantienen estables como causantes de muerte desde el 2014, provocando el 25% del total de las mismas para cada año (ver tablas).
Identidad metabólica
“La enfermedad cardiovascular es crónica y puede ser prevenible siempre y cuando se detecte de forma temprana, pues de lograr tener una base genética cercana al 80%, la herencia va a jugar como factor determinante para el riesgo cardiovascular, tras conocer los niveles de colesterol en la sangre”, agregó el cardiólogo Campo Torrenegra.
Ese proceso lo resume como el conocimiento de la ‘identidad metabólica’ o consciencia sobre sí mismo, que implica medir desde los 10 años con un tamizaje, los niveles de colesterol en la sangre, repitiendo esa medición a los 21 años y de ahí en adelante cada 3 años.
“Con base en eso se establece el riesgo para cada persona y se puede determinar qué medida se debe instaurar para la corrección y prevención de eventos cardiovasculares”, argumentó el especialista.
Estas y otras conclusiones en prevención fueron socializadas ante más de 50 víctimas de infartos y otros asistentes, en el evento que se realizó en la FCV, Fundación Cardiovascular de Colombia, coordinado por RedColHF.
Falta plan de asistencia asintomática
En Santander, de manera particular, dice el cardiólogo Campo Torrenegra, la gente espera a ser hipertenso, a tener diabetes o sufrir de obesidad para consultar y hacerse exámenes generales, hecho que debe replantearse para actuar de manera preventiva.
“Infortunadamente no hay un plan de chequeo o estudio de rutina en personas asintomáticas normales, que debería existir para facilitar la detección y poder reaccionar a tiempo ante cualquiera de las afectaciones relacionadas al colesterol”, concluyó el especialista.
Fuente: vanguardia.com