Durante su proceso formativo estas decenas de trabajadores realizaron sus labores académicas desde el Área de Operaciones de la misma compañía, en donde tenían acceso a internet y a las comodidades necesarias para estudiar.
“Nunca había hecho estudios, y cuando conocí esta oportunidad decidí hacerlo. Me siento muy alegre porque después de tantos años ahora soy bachiller. Esto ayuda a mi desarrollo personal”, expresó Sara González, operaria que a sus 50 años de edad logró su grado de bachillerato.
Con este tipo de gestiones y ayudas, la Emab busca fortalecer las bases educativas en su planta de trabajadores, para que además de la superación personal, se le pueda brindar un óptimo servicio a la comunidad.
VANGUARDIA