Según cifras reveladas por la Personería Municipal y confirmadas por el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (Icbf), hasta el pasado 30 de octubre se habían reportado ante las diferentes autoridades 276 eventos de violencia o maltrato sexual a niños o adolescentes en la ciudad.
Manoseos, persecuciones, acoso por redes, inducción a la pornografía y acceso carnal, son las formas de abuso que más se cometen en la capital santandereana.
Agresores en el entorno
Sumado a este preocupante índice de agresión sexual a menores, también llama mucho la atención que en la mayoría de los casos los abusos son cometidos por los mismos familiares o por personas que hacen parte del círculo social de la víctima, como cuidadores, profesores y amistades.
Las cifras más recientes de Aldeas Infantiles SOS Colombia, organización austriaca que desde 1971 lucha por los derechos de los niños y adolescentes en territorio colombiano, “en el país, más del 76% de los casos de abuso sexual infantil ocurren al interior de los hogares, donde los victimarios son los mismos familiares o personas cercanas”.
Ante esta lamentable situación, la Personería de Bucaramanga hizo un llamado a la ciudadanía: “se requiere ante todo que padres de familia y comunidad en general, tomen conciencia de que los niños y niñas No Mienten acerca de ser abusados sexualmente, que hay que creerles cuando manifiestan cualquier tipo de acusación de índole sexual y prestar mayor atención a sus cambios de comportamiento como un síntoma de esta afectación”.
Vanguardia contactó al Icbf para obtener más detalles al respecto, pero hasta el cierre de esta edición no se logró obtener la información.
Lanzaron campaña
Con el propósito de prevenir esta forma de abuso contra los menores de edad y generar conocimiento de los mecanismos de denuncia y rutas de atención existentes, la Personería lanzó una estrategia pedagógica que se extenderá durante las próximas dos semanas.
“Iniciamos una campaña en los colegios, dirigida a la primera y segunda infancia de la ciudad, para generarles un entorno de protección que les permita a los niños ser conscientes que son sujetos de especial protección y que ante cualquier tipo de amenazas a su integridad, se manifiesten frente a este tipo de abusos que afectan su integridad física y psicológica”, señaló Ómar Ochoa, Personero Municipal.
VANGUARDIA