Con una calificación de 37 sobre 100, que mantiene por cuarto año consecutivo, Colombia cayó seis puestos en el Índice de Percepción de Corrupción, de acuerdo con el informe de 2017, realizado por Transparencia Internacional.

De esta manera, el país ocupa el puesto 96 de 180 países. El resultado indica que no ha cambiado la percepción que grupos de expertos tienen sobre el sector público colombiano en cuanto a la corrupción.

En comparación con los demás países de la región, Colombia obtuve el mismo puntaje Brasil, Panamá y Perú y se ubica por encima de países como Salvador, Bolivia, Ecuador y México. Sin embargo, queda por debajo de Uruguay y Chile, que obtuvieron un puntaje de 70 y 69, respectivamente, siendo las dos naciones con mejor percepción en Latinoamérica.

Las perores calificadas de la región fueron Haití (22) y Venezuela (18), quedando esta última en el puesto 169 de los 180 países que fueron calificados. En ese mismo sentido, los países que tuvieron cambios favorables en el ranquin fueron Argentina, que pasó del puesto 95 al 85, y Perú, que pasó del 101 al 96.

México (135), Honduras (135) y Paraguay (135) cayeron diez puestos cada uno. República Dominicana, también ubicada en el puesto 135, cayó 15 escaños. Brasil (96) y El Salvador (112), cayeron 17 puestos.

“Los resultados dejan mucho que desear pues las calificaciones no muestran mejoras significativas. Esto, sumado a los recientes escándalos de corrupción (que han llegado vincular a varios dirigentes de la región y altísimas sumas de dinero), nos muestra la necesidad de mayor compromiso por parte del Sector Público, de los empresarios y de la sociedad civil para desarrollar acciones conjuntas que permitan prevenir, investigar y sancionar los hechos de corrupción y contribuir al desarrollo de nuestras sociedades”, señala un análisis de Transparencia por Colombia.

¿Qué debe hacer el próximo presidente de Colombia para mejorar la percepción?

Según Andrés Hernández, director de Transparencia por Colombia, las políticas anticorrupción en el país se han quedado cortar para lograr resultados. En ese sentido, entrega tres recomendaciones que podría tener en cuenta el próximo presidente para mejorar los índices y disminuir la corrupción en Colombia.

La primera es la transformación del sistema político y del ejercicio del poder, con una reforma urgente que tenga en cuenta la financiación de la política que garantice equidad, transparencia y limite los excesos. Asimismo, que se reforme la configuración y el funcionamiento de los partidos, al tiempo que se cree una autoridad electoral independiente con capacidad de sanción.

Muchos de los elementos que propone esta recomendación de Transparencia por Colombia estaban incluidos en la fallida reforma política que propuso el Gobierno y que no tuvo éxito cuando se tramitó vía ‘fast track’ en el Congreso el año pasado.

La segunda recomendación va encaminada a recuperar la legitimidad de la justicia y lograr sanciones efectivas. Para Transparencia por Colombia se hace urgente garantizar la meritocracia en la nominación y en la elección de quienes imparten justicia, fortalecer las capacidades de investigación y sanción de los actores judiciales y órganos de control a nivel nacional y territorial, fortalecer los mecanismos de regulación y control de la Rama Ejecutiva como las Superintendencias y sistemas de control interno y fortalecer los sistemas de denuncia y protección a denunciantes y testigos de corrupción.

Por último, Hernández señala que es necesario romper con el clientelismo en el empleo público y la contratación. “La administración pública ha sido tratada con descuido y mero interés clientelar; ya sea para tranzar votos por burocracia o para capturar los dineros públicos y ponerlos al servicio de rentas personales o de intereses particulares en general”, señala.

Por eso, dice, es necesario que se privilegie una carrera de empleo público donde el mérito sea una realidad y el político de turno no tenga la oportunidad de abusar de las incertidumbres del contratista, se fortalezcan los sistemas de regulación y control de la contratación pública —para evitar que los financiadores de campañas políticas sean quienes ejecutan los recursos públicos— y la autonomía y las capacidades de los entes territoriales para garantizar que los recursos públicos no caerán en manos de los corruptos.

“La corrupción es uno de los problemas más graves de Colombia, por esta razón, le pedimos a todos los candidatos presidenciales que se comprometan con estas reformas de fondo, si realmente queremos derrotar la corrupción”, puntualiza el director de la organización.

Los mejores y peores calificados del mundo

El país con la mejor calificación lo tiene Nueva Zelanda, con 89 puntos. Lo siguen Dinamarca (88), Finlandia (85), Noruega (85), Suiza (85), Singapur (84), Suecia (84), Canadá (82), Luxemburgo (82), Países Bajos (82), Reino Unido (82) y Alemania (81).

Por el contrario, los diez con peor calificación con Corea del Norte (17), Guinea Ecuatorial (17), Guinea-Bisáu (17), Libia (17), Sudán (16), Yemen (16), Afganistán (15), Siria (14), Sudán del Sur (12) y Somalia (9).

Fuente: elepectador.com

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