Sin agua y altamente contaminado

Este emblemático caño, que alguna vez fue descrito en una canción popular, ha sufrido los efectos devastadores de la sedimentación y la actividad humana depredadora, reduciéndolo a un pequeño y sucio hilo de agua. Durante la temporada de verano, incluso es posible cruzarlo a pie sin ninguna dificultad.

A lo largo de sus ocho kilómetros antes de encontrarse con el río Magdalena, el Caño Cardales ha sido una importante fuente de empleo y sustento para los pescadores y campesinos de la zona, pero lamentablemente esta realidad ha cambiado.

Las aguas, que llevan años mostrando un tono oscuro, están estancadas, lo que imposibilita el tránsito de canoas y pequeñas embarcaciones utilizadas para transportar pescado y productos agrícolas desde la ribera del Magdalena.

Esta situación ha generado dificultades para los vendedores en el sector de la Rampa, quienes dependen de estos productos para su comercio diario.

“El caño se encuentra sin agua. Debido a los efectos del verano, el agua se represa y se vuelve negra y maloliente. Esto nos afecta porque las canoas de los pescadores no pueden ingresar, lo cual impacta negativamente nuestro comercio. Nos vemos obligados a buscar otros puertos para traer los productos, lo que incrementa los costos de transporte. Llegamos a pagar entre $3.000 y $4.000 por cada timbo de pescado, lo cual obviamente afecta los precios”, afirmó Raúl Rincón Ballesteros, un comercializador de pescado en la zona de la Rampa.

Además de la dificultad para recibir productos en la zona, los malos olores también hacen que la estadía o el paso por el sector sea desagradable.

El Caño Cardales se asemeja a una alcantarilla, a la espera de que el nivel del río aumente y se reactive el flujo de las embarcaciones.

“Nací y crecí en esta zona, y el estado del caño es crítico. Antes era hermoso, uno podía bañarse en sus aguas limpias, pero ahora es como una alcantarilla. Durante la temporada de verano, los malos olores son insoportables. Algunas personas lo soportan, pero otras no aguantan el olor y se van rápidamente”, relató Natividad Vásquez Morales, una vendedora de bocachico.

El Caño recibe aguas residuales de varios asentamientos de la comuna 1, lo que se convierte en una de las principales causas de su deterioro. Además, la ciénaga Juan Esteban, donde se vierten las aguas residuales de sectores de la comuna 4, también desemboca en el caño.

A pesar de las millonarias inversiones realizadas por los gobiernos para su limpieza y recuperación, la situación del Caño Cardales no ha mejorado significativamente.

En 2021, Cormagdalena invirtió más de $1.400 millones en obras para recuperar su cauce, se han llevado a cabo labores de limpieza en 2022 y se anuncian más para este año 2023, sin embargo, durante la temporada de verano el caño sigue presentando la misma imagen desoladora.

Nuevas proyectos de mejora

Henry Montes, secretario de Medio Ambiente, destacó que la situación actual del Caño Cardales se debe a la proliferación de asentamientos humanos en sus alrededores y a la mala gestión de los residuos sólidos.

“La zona ha sufrido acciones de rellenos y ocupaciones ilegales que han afectado la dinámica fluvial del caño. Esto impacta a todos los comerciantes ubicados en el sector de La Rampa, donde se concentran las embarcaciones menores, así como a aquellos que traen sus productos desde otros corregimientos y los sacan del municipio de Barrancabermeja. Además, la comunidad nos ha manifestado que esta área también se ha convertido en un foco de acumulación de basura”, explicó el funcionario.

Para el segundo semestre, la Secretaría de Medio Ambiente tiene previsto realizar labores de limpieza y remoción mecánica con el objetivo de recuperar el cauce del Caño Cardales.

Además, se ha solicitado a Cormagdalena que incluya en sus trabajos el dragado de los brazos principales del río Magdalena, que conectan con caños clave para el desarrollo de la economía local.

Se espera que en agosto de 2023 se inicien nuevas tareas de limpieza, tanto manuales como mecánicas, que brindarán un alivio al Caño Cardales y a los comerciantes que se ven afectados cada vez que su cauce se reduce, dificultando el transporte de sus insumos y productos.

Estas medidas son parte de los esfuerzos de las autoridades locales por preservar y revitalizar este importante cuerpo de agua, con el fin de garantizar un entorno saludable para la comunidad y promover el desarrollo sostenible de la región.

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