El mundo del arte está de luto tras la noticia del fallecimiento de Fernando Botero, el renombrado pintor, escultor y dibujante colombiano, a la edad de 91 años en su residencia en Mónaco, Francia. Botero, conocido como el más grande artista colombiano de todos los tiempos, dejó un legado artístico que trascenderá generaciones.
El maestro Botero, nacido el 19 de abril de 1932 en Medellín, Colombia, conquistó la escena artística internacional con su estilo inconfundible, denominado “Boterismo”. Su obra más icónica, “Las Gordas de Botero”, ubicada en el Parque Berrío de la ciudad de Medellín, se ha convertido en un símbolo de la ciudad y un punto de referencia ineludible en el mundo del arte.
La fama de Botero se consolidó en 1962, cuando realizó su primera exposición en el Milwaukee Art Center en Wisconsin, Estados Unidos, la cual recibió elogios y críticas positivas. A lo largo de su carrera, sus obras se exhibieron en las principales capitales artísticas del mundo, como París, Nueva York y Milán, donde sus figuras de proporciones exageradas y su paleta cromática única cautivaron a la crítica y al público por igual.
En los últimos años, el maestro Botero se retiró a su residencia en Montecarlo, Mónaco, donde se entregó a su pasión por las acuarelas. A pesar de su avanzada edad, continuó trabajando incansablemente en su estudio, demostrando su amor por el arte hasta sus últimos días.
Su hija, Lina Botero, compartió emocionadamente que su padre “murió como él quería, con un pincel en la mano, haciendo arte, que es lo que ha hecho durante toda su vida”. El legado de Fernando Botero perdurará en la memoria de todos los amantes del arte y seguirá inspirando a futuras generaciones de artistas en todo el mundo.
El maestro Botero será recordado no solo por su genialidad artística, sino también por su generosidad con la ciudad que lo vio nacer y que él enriqueció con su arte a lo largo de los años. Su impacto perdurará en la historia del arte colombiano y global.