17 marzo, 2025

Noticias Santander

Todo acerca de nuestra cuidad Santander

Joven venezolano habría asesinado al dueño del Bolo Club Matecaña

Facebook
X
WhatsApp

Algunas de las cosas con las que más se caracterizó Víctor Julio Olarte Camargo durante sus 72 años de vida, fue su empuje para trabajar, el gusto por el deporte, en especial por el ciclismo y el bolo criollo, y su espíritu de servicio desinteresado hacia los demás.

Así lo recordaban ayer familiares y vecinos que entre lágrimas y anécdotas lamentaron su muerte, que al parecer fue producto de un homicidio propiciado presuntamente por un joven venezolano de 17 años de edad, al que el occiso junto con su esposa le dieron techo y comida.

Tanto la Sijín como el Cuerpo Técnico de Investigación, CTI, de la Fiscalía, investigan las causas exactas y las circunstancias que rodean la muerte del hombre de 72 años, quien fue hallado sin vida el pasado miércoles en el Bolo Club Matecaña, negocio de su propiedad, ubicado en el tapón de la carrera novena con calle 33.

Últimas horas

Según pudieron establecer los allegados a la víctima apoyados por las cámaras de seguridad de un local vecino, el crimen pudo ocurrir entre 7:30 y 9:00 de la noche del martes.

“El muchacho acompañaba a mi papá a hacer vueltas a todos lados, ese día fueron en la tarde a retirar la pensión y la prima. Sobre las 6:00 p.m. mi padre salió a comprar pan y el sujeto quedó adentro con un tío, pero a los pocos minutos este último se fue. A las 7:30 p.m. regresó y duraron solos hasta las 9:01 p.m., que llegó una sobrina, pero no se percató de lo que sucedía. En ese tiempo lo mató ahí en el parqueadero, mi papá no alcanzó a ingresar a la casa”, dijo Claudia Olarte, hija del occiso.

De acuerdo con las cámaras de video, el sospechoso ocultó el cadáver con un pijama de automóvil, empacó sus cosas y finalmente huyó sobre las 9:07 p.m.

La víctima era pensionada, tras haber ejercido como contador. Fue el tesorero de la Liga Santandereana de Ciclismo y ayudó a promover el bolo criollo en Santander. Tenía cuatro hijos y vivía con su esposa en una vivienda aledaña a las canchas de bolo de su propiedad.

Los hijos del fallecido aseguran que el móvil del asesinato obedecería a un robo, pues a Olarte Camargo no se le encontraron cerca de $2 millones que retiró horas antes, unos celulares y otras pertenecías de valor. Además, la habitación de la víctima fue encontrada revolcada.

“Al tipo todo se le unió para hacerle el daño a mi papá. A nosotros (los hijos) nos tocó irnos por estos días para Bogotá a trabajar en unos negocios y mi mamá se había ido al Diamante a cuidarle la casa a una tía, estaban solos. Estoy segura que fue él, uno no va a salir corriendo y no va a dejar de contestar si no debe nada. Acá un familiar le escribió por Whatsapp lo que estaba pasando y no respondió”, agregó la hija.

El Hallazgo

El cadáver quedó al descubierto sobre las 4:00 de la tarde del miércoles, hora en la que el cuñado de la víctima, el cual labora como latonero en un taller que funciona en el mismo lugar, llegó al establecimiento.

El pariente, sin querer, encontró el cuerpo del hombre luego de que levantó un plástico que necesitaba para cubrir un carro.

Víctor Julio yacía en el piso envuelto en unas cobijas, sin vida y con signos de violencia.

De acuerdo con la inspección técnica al cadáver, el fallecido registraba una herida en la cabeza, al parecer provocada con un objeto contundente, y una puñalada en el pecho.

El sospechoso

Del joven venezolano señalado del crimen se conoció que hace ocho meses había llegado a Bucaramanga proveniente de la ciudad de Puerto Cabello, Venezuela, junto con un tío que había hecho amistad con un sobrino del propietario del bolo, pero el joven terminó quedándose a vivir con la familia Olarte.

“Él se ganó la confianza de mi mamá porque iba con ella a la iglesia cristiana y como dijo que no tenía donde vivir, ella le abrió el espacio y empezó a quedarse y a comer acá. No le gustaba trabajar ni hacer nada”, explicó César Olarte, el hijo mayor de Víctor.

El joven inmigrante pasaba sus noches en un estrecho cuarto ubicado en la parte trasera del Bolo Club Matecaña, fundado por don Víctor hace 39 años, donde esta familia bumanguesa le tendió una cama y le brindó sus tres comidas diarias.

Por ahora, los familiares tratan de establecer el monto exacto del hurto que ascendería a más de $3 millones.

Del acusado se desconoce si se devolvió a su país natal, sólo se tiene conocimiento que constantemente ingresa a la red social WhatsApp, pero no responde los mensajes.

¿Qué dice la Policía?

El brigadier general Juan Libreros, comandante de la Policía Metropolitana de Bucaramanga, dijo que ya se dio apertura a una investigación que ayudará a esclarecer este hecho.

“Ya será Medicina Legal quien nos establezca las causas de la muerte de esta persona. De acuerdo a las entrevistas brindadas por los familiares del occiso, él vivía con un joven de nacionalidad venezolana y la última vez que los vieron fue el martes en la noche. Ya será la parte investigativa que logre establecer los móviles de este caso”, dijo el uniformado.

VANGUARDIA