El Presidente Gustavo Petro confirma que los niños fueron localizados vivos con signos de deshidratación y múltiples picaduras en sus cuerpos.
Las fuerzas militares colombianas lograron rescatar a los cuatro niños de la selva utilizando un helicóptero que permanecía suspendido a 60 metros de altura debido a la imposibilidad de aterrizar en tierra firme. Mediante arneses y una polea, los menores fueron izados hasta la aeronave.
La operación se vio dificultada por la altura de los árboles y la oscuridad reinante. Los niños mostraban signos de asombro, como si estuvieran viviendo un momento surrealista. Según las autoridades, lograron sobrevivir alimentándose de los kits de supervivencia que les lanzaban los rescatistas desde el aire.
El Presidente, recién llegado de La Habana tras firmar un alto el fuego con el ELN, tuiteó su alegría por el hallazgo de los cuatro niños con vida, adjuntando una fotografía que confirmaba su estado.
Esperanza. pic.twitter.com/XH77zuVX6R
— Gustavo Petro (@petrogustavo) June 10, 2023
De los hermanos, tres son niñas: Lesly, de 13 años, Soleiny, de 9 años, y la bebé Cristin Neryman. El único varón, Tien Noriel, tiene 4 años. Los niños pertenecen a la comunidad indígena uitoto y residían cerca del río Cahuinarí, en el departamento de Caquetá.
El 1 de mayo, la avioneta en la que viajaban con tres adultos, incluyendo a su madre, se estrelló en plena selva amazónica, sobre el río Apaporis.
El piloto informó a la torre de control sobre una falla en el motor antes de descender abruptamente. Intentó aterrizar en el río, pero perdió el control de la aeronave y colisionó con los árboles.
LA RAZÓN DEL VUELO DE LOS MENORES CON SU MADRE
Los niños abordaron una avioneta junto a su madre con el propósito de reunirse con su padre biológico, quien había huido de Araraucara debido a amenazas de muerte por parte de un grupo guerrillero en la zona selvática.
Manuel Ranoque se refugió en otro lugar, dejando a su familia en un misterio hasta que contactó a su hogar semanas después y les pidió que se encontraran con él.
Su esposa, Magdalena Mucutuy, y sus cuatro hijos subieron a bordo de la Cessna 206, con matrícula HK 2803, pilotada por Hernán Murcia, quien anteriormente había sido taxista. La familia tenía la esperanza de comenzar una nueva vida.
El vuelo partió de Araracuara y tenía como destino San José del Guaviare. Sin embargo, el accidente ocurrió a mitad del camino, en una zona donde se cree que aún existen comunidades no contactadas.
El lugar más cercano al accidente era Cachiporro, una comunidad ubicada a orillas de un río. Esta pequeña localidad cuenta con una escuela y una pista aérea para avionetas de tamaño reducido.
La comunicación se basa principalmente en radios conectados a paneles solares. Los habitantes de la zona se involucraron de manera solidaria en la búsqueda, demostrando un ejemplo de cooperación. La colaboración indígena ha sido fundamental para encontrar a los niños.
¿CÓMO SOBREVIVIERON A LOS 40 DÍAS?
La madre, inicialmente se creyó que había fallecido en el acto, pero resultó gravemente herida y murió cuatro días después. Fue en ese momento cuando Lesly, de 13 años, se dio cuenta de repente de que ella y sus tres hermanos pequeños habían sobrevivido a un accidente aéreo en medio de la selva colombiana.
A partir de entonces, Lesly asumió la responsabilidad de mantenerlos con vida en un entorno tan inhóspito y peligroso, sin ayuda de nadie.
Lesly, al estar familiarizada con aquel entorno, posee un conocimiento profundo de los secretos de la selva. Puede orientarse siguiendo los rayos del sol que se cuelan entre los árboles, identificar los senderos transitables, las ramas rotas y los hongos comestibles, esto es lo que pudo mencionar un tío de la menor.
Para un citadino, sería extremadamente difícil sobrevivir en ese entorno, pero la gente de las comunidades indígenas se orienta con facilidad y puede caminar hasta 30 kilómetros en un día, incluso sin calzado adecuado para la aventura.
Lesly ha crecido con estas enseñanzas, las cuales finalmente les salvaron la vida tanto a ella como a sus hermanos.
Por su parte, Manuel Ranoque, progenitor de los niños, quien ha brindado información y actualizaciones sobre los testimonios de sus hijos acerca de los 40 días en los que estuvieron desaparecidos, denuncia que ha estado recibiendo amenazas por parte de las disidencias de las FARC.
