El ajuste en las tarifas fue autorizado a finales de diciembre por la Junta Metropolitana (en la que tienen asiento los cuatro alcaldes del área).
De esta manera, a partir de hoy el pasaje de Metrolínea y bus convencional pasará de $2.100 a $2.300 (incremento del 9,52%).
Se trata de una tarifa que es superior a lo que se cobra en Bogotá, Cali, Pereira y Barranquilla, lo que mantiene a Bucaramanga como una de las ciudades capitales con el transporte público más costoso del país.
Por su parte, la carrera mínima de taxi subió de $5.100 a $5.300. En ese caso, el ajuste también se dio en el recargo nocturno, que ya no es de $500, sino de $600.
De igual manera, la unidad (lo que se cobra por cada 60 metros recorridos) pasó de $53,2 a $54,3, mientras que el arranque o ‘banderazo’ se cobrará a partir de $3.098.91 (antes era desde $2.959).
La carrera desde y hacia el Aeropuerto Internacional Palonegro se mantendrá en $32 mil en el caso de Bucaramanga y Floridablanca, mientras que para Piedecuesta y Ruitoque se cobrará $39.000, y desde Girón valdrá $26.000.
Justificación el ajuste
Según el Director del AMB, Rodolfo Torres Puyana, el ajuste se dio por razones técnicas, pues se hace teniendo en cuenta una fórmula que incluye variables relacionadas con el índice de precios al consumidor, los costos en la operación (llantas, salarios, combustible, aceite, etc.) y el índice de pasajeros por kilómetro.
En ese sentido, cabe destacar que tanto el bus convencional como Metrolínea vienen perdiendo pasajeros desde hace varios años, lo cual viene afectando la rentabilidad de ambos sistemas.
El AMB y Metrolínea indicaron que con la integración del Sitm y el bus urbano antes de junio de este año esperan optimizar el servicio, aumentar el flujo de pasajeros y mejorar el IPK, para eventualmente ofrecer una tarifa más competitiva para los usuarios.
VANGUARDIA
