1 noviembre, 2024

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‘Una de mis propuestas será eliminar el IVA’: Piedad Córdoba

La economía colombiana no tiene brillo. Ni crece ni crea empleo; ni es productiva ni eficiente, y además es generadora de desigualdad y mucha pobreza. La falta de consumo en el mercado interno, la caída de la producción industrial, el desempleo, los bajos salarios, la pobreza, los desajustes macroeconómicos y el endeudamiento externo son algunos elementos para entender que el modelo de las últimas décadas no condujo a buen puerto. Indudablemente, el actual modelo económico ha fracasado.

Los políticos actuales no quieren ni saben cómo salir de este caos. Hay unos pocos sectores acomodados que disfrutan de grandes privilegios, mientras la mayoría de los niños, jóvenes, mujeres, adultos en edad de trabajar y jubilados pagan las consecuencias en su día a día.

Es inaceptable un país con 13 millones de pobres, mientras que el 1 por ciento de la población se hace cada vez más rico con los recursos de toda la sociedad.
De ahí que la economía se haya convertido en la gran preocupación de los colombianos y colombianas. Ninguno de nuestros conciudadanos tiene motivos para el optimismo. La idea generalizada es que el escenario del próximo año será aún más negativo. 

Pero no debemos dejar que la desesperanza nos paralice. Colombia tiene alternativas para salir del estancamiento. El país cuenta con todas las condiciones para avanzar en una estrategia que priorice a las mayorías e impulse la rueda del consumo y la producción a partir de salarios dignos, de mejores condiciones laborales y de una mayor eficiencia en la distribución de la riqueza. Debemos comenzar a implementar otras políticas económicas que sean capaces de conformar un círculo virtuoso de la renta en el que todos los actores salgan ganando. Aquellos que dicen que no es posible o bien están cegados por motivos ideológicos o defienden privilegios de unas minorías.

Darles más a los que menos tienen es un modelo muy efectivo y que, aplicado con pericia, no pone en riesgo las finanzas del sector público. Hay mucho que hacer en el terreno de lo fiscal para reactivar la economía. Por eso, una de mis principales propuestas económicas será eliminar por completo el IVA para potenciar el poder de compra de la población, una medida que aplicaré de forma inmediata nada más llegar a la Presidencia de la República. Esto se hará sin afectar la recaudación tributaria gracias a la aplicación de una serie de medidas complementarias sin perjudicar a las mayorías. Todo lo contrario.

La propuesta de IVA Cero se sostiene en el estudio y en el rigor económico. No prometo aquello que no puedo cumplir. El desafío no es entrar en un debate maniqueo sobre impuestos sí o impuestos no. El desafío es saber responder a otros dilemas más acuciantes: qué impuestos sí y qué impuestos no; quiénes pagan y quiénes no; quiénes se benefician por no pagar y quiénes sufren pagando demasiado. Este es el verdadero debate que debemos compartir con los colombianos y colombianas. No solo por un tema de justicia, sino también de eficacia económica.

Los casi 50 millones de habitantes del país dejarán de tener que pagar productos con precios con una recarga del 19 por ciento por el IVA. La medida implicará una disminución de recaudación para el Estado de unos 15.000 millones de dólares al año. Estos recursos se reemplazarán con otras políticas económicas y otros impuestos focalizados en un sector muy determinado, así como con la eliminación de algunas exoneraciones improductivas.

Las mil empresas más grandes del país abonarán un impuesto del 2 por ciento sobre su facturación anual, que asciende a 231.000 millones de dólares, lo que permitirá al sector público embolsarse 5.000 millones de dólares de recursos. Se aplicará además un gravamen sobre la compra de bienes de lujo, como autos de alta gama, yates y aviones privados o joyas, que generará nuevos ingresos por 7.000 millones de dólares. Se recaudarán también unos 3.000 millones de dólares a partir de la quita de exenciones impositivas ineficientes sobre la renta minera, la renta financiera y los individuos de patrimonio elevado.

Es central poder reemplazar el IVA con alternativas tributarias que no afecten a la mayoría de los colombianos y que se centren únicamente en ese pequeño porcentaje que ha salido beneficiado con las propuestas económicas de la vieja política. En otras palabras: queremos que paguen los que verdaderamente tienen para hacerlo: los bancos, las multinacionales y las empresas de elevada facturación. Queremos que dejen de pagar aquellos que tienen salarios bajos o medios.

Transformar la matriz tributaria será una de las claves para garantizar la sostenibilidad de las cuentas estatales mientras se potencian las políticas expansivas a favor de la demanda interna y del desarrollo de las pequeñas y medianas industrias locales. Solo se conseguirá un crecimiento sostenido y una creación de empleo al alza dinamizando la economía. Si esta permanece paralizada, no habrá salida al círculo vicioso y descendente que ha provocado una mayor desindustrialización del país.

Volver a levantar la economía del país es una tarea inaplazable. La propuesta IVA Cero va en esta dirección. Es una medida que favorece por igual a empresarios, trabajadores y consumidores. Que redunda, en definitiva, en beneficio de la mayoría del pueblo colombiano. Durante estos meses voy a recorrer todo el país para presentar IVA Cero a los agentes económicos y a los colombianos y colombianas en general. Construir un país mejor es una tarea de todos y cada uno de nosotros, pero muy especialmente de quienes hemos decidido dedicar nuestras vidas al servicio de la sociedad. Todas las ideas que contribuyan a este proyecto de futuro son bienvenidas. Aquellos instalados en la negación permanente, en el eterno “no se puede”, que se echen a un lado. Porque ya los colombianos y colombianas saben que sí se puede.

Fuente: eltiempo.com

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