El alcalde de Bucaramanga, Rodolfo Hernández, enfrenta una crisis luego de conocerse un acuerdo de corretaje que presuntamente firmó su hijo, Luis Carlos Hernández, para hacer ‘lobby’ en la adjudicación de la concesión para el tratamiento de las basuras a la firma Vitalogic.
Ante la Procuraduría Segunda Delegada de Contratación fue radicada el 14 de noviembre pasado una queja disciplinaria en contra del mandatario de Bucaramanga, en la que se señala a su hijo, Luis Carlos Hernández, de presuntamente haber suscrito un acuerdo de corretaje en la firma del millonario contrato entre la Emab y Vitalogic RSU, para construir una planta que transformaría los residuos sólidos.
En entrevista con Vanguardia Liberal, el mandatario local le da sus explicaciones a la ciudadanía.
Preguntas y respuestas
– El negocio y los contratos con las basuras no son nuevos para usted. Usted integró la empresa Entorno Verde S.A. Sus miembros de junta, en el 2012, eran usted, Rodolfo Hernández Suárez, y su hijo, Rodolfo José Hernández. Incluso se le señalaba de hacer sociedad con Fredy Anaya para llevar las basuras a un predio en la vereda Chocoa de Girón. Alcalde, no es la primera vez que sus hijos y usted están involucrados en el tema de contratación de basuras. ¿Qué tiene que decir?
Tengo cuatro hijos. Nunca he querido que mis hijos trabajen para el Estado. Aunque tengo todos las influencias para que pudieran trabajar con el Estado, no lo hago. ¿Qué hago? Vincularlos, motivarlos e incentivarlos para que sean independientes en negocios que algo conozco: construcción, pero no tengo ingenieros hijos. Mi abuela me enseñó que los grandes negocios del mundo están donde se resuelven necesidades públicas: reciclar basura, generar energía eléctrica y vender educación. Todo lo que mueva masa, eso genera utilidad.
Me ofrecieron unas acciones (empresa Entorno Verde S.A) legítimamente. Me las ofreció un arquitecto. ¿Qué hice? Meter a mi hijo Rodolfo José para que él aprendiera. No le veo nada malo. Simplemente era una oportunidad adicional para que él tuviera una educación adicional a la que tuvo en Europa. Eso resultó fallido. Ese proyecto no funcionó porque la gente instauró una acción popular. Hace año y medio vendí las acciones. Las acciones las compré por $500 millones y se las vendí a Reynaldo Bohórquez en $2.200 millones. Todavía me está pagando.
– ¿El acuerdo de corretaje o ‘lobby’ para el millonario contrato de basuras de Bucaramanga, donde aparece la firma de su hijo Luis Carlos Hernández, es un documento verídico?
Está escrito. Vi el documento autenticado. Mal haría en decir que no es la firma de él. Entiendo que la responsabilidad y el conocimiento que tiene la ciudad sobre mi actuar es extraño, pido mil disculpas. Sí, fue una acción desafortunada de mi hijo, de la cual me arrepiento y pido perdón.
Mi hijo fue tan bruto e ingenuo que firmó un negocio con los que no eran los dueños (del contrato) y tan absurdo, que decía que le daban 100 millones de dólares libres de impuestos y la sumatoria de lo que genera la tarifa bruta (por basuras) son $300 mil millones. Firma un acuerdo para que le entreguen $300 mil millones, que son los 100 millones de dólares. No sé qué estaba haciendo mi hijo cuando se puso a firmar eso.
– ¿Cuándo conoció el acuerdo de corretaje?
Lo vi hace como dos meses. Me lo trajo Figueroa (Secretario de Desarrollo Social, Jorge Figueroa). Simplemente tomé medidas. Pusieron abogados a chantajearme hace dos meses. Abogados de aquí (Bucaramanga). Me dijeron que si chantajeaban al Alcalde, él se achantaba y no sacaba la gente que ellos tenían aquí (Alcaldía) metida. Y se la saqué toda.
– ¿Qué abogados?
El doctor Rojas. Carlos Rojas. Eso me dijo el doctor Figueroa. Él (Rojas) tenía al hijo de jefe de contratación de (la Dirección) Tránsito. Lo saqué. Aquí tenía un hijo o una hija en la Secretaría Administrativa. Creo que tenía otro funcionario más y los saqué.
– ¿El abogado Carlos Rojas le trajo el documento para chantajearlo?
No, lo mandó con el doctor Figueroa. No mandó razón. Para propuestas indebidas, entendido todo lo que me querían decir. Era un chantaje que me iban a hacer.
– ¿Qué chantaje?
Si usted no cede a las pretensiones de nosotros, nosotros sacamos eso. Les dije, sáquenlo.
– ¿El abogado Carlos Rojas estaría representando qué intereses?
No sé. Me imagino que si me mandan razón era un chantaje que me iban hacer a mí también. Eso es como vender a Messi, pero ni el presidente del Barcelona ni Messi saben. Ellos decían, yo sé algo de su hijo y entonces usted me tiene que firmar aquí y hacer esto. Se aprovecharon de la cercanía de mi sangre, de mi hijo.
– El representante legal de Vitalogic, José Manuel Hormaza, aseguró en entrevista con Vanguardia Liberal que en abril de 2016 se reunión con usted para hablar del proyecto de basuras y que en esa reunión estuvo su hijo Luis Carlos Hernández. Su hijo es un ciudadano que accedió a información privilegiada de un contrato de la Alcaldía de Bucaramanga. Muchos expertos aseguran que usted habría cometido una irregularidad al dejarlo que participara en este tipo de información, que claramente en este caso utilizó para su beneficio.
No hay irregularidad. Todo lo que hacemos es público. Yo no tengo ningún guardado de nada.
– Pero ningún ciudadano más en Bucaramanga, además de su hijo, sabía de esa licitación en abril de 2016.
Sabía un ‘montonón’ de gente, si yo mismo fui a la Emab a decirles qué era lo que íbamos a hacer y vinieron 21 proponentes, no uno solo. Ah, que terminó uno solo, pero eso no fue por culpa mía. Primero tenía que hacerse la licitación pública. No es culpa mía que no se quisiera presentar ninguno de los 21 proponentes, solo Vitalogic. Y Vitalogic no vino una sola vez. Vino varias veces y se sentaron aquí (Alcaldía) y en mi casa. Yo a eso no le veo ninguna malicia.
– La malicia radica en que meses después estamos inmiscuidos en esta polémica porque su hijo terminó metido en un acuerdo de corretaje para ese contrato.
Si la malicia es así, qué vamos a hacer, sigamos en la malicia. Para mí todo el mundo sabía porque públicamente dije y puse unas condiciones durísimas. Primero, el Municipio no pone ni un peso ni de cuota inicial ni de cuota mensual para el cierre financiero. Segundo, no subimos la tarifa. Tercero, arrendamos el lote donde está El Carrasco a un avalúo colegiado de la lonja. Cuarto, por primera vez en la historia de la ciudad (se propuso) vender la basura como un elemento de combustión para generar energía eléctrica. Y quinta, el contrato era a 30 años y si por algún motivo el cierre financiero no se daba, se alargaba el mismo para que la ciudadanía no sufriera ningún impacto. Era todo durísimo.
VANGUARDIA